La incertidumbre y la volatilidad marcaron la pauta en este 2022 en Chile y Colombia, afectando al mercado cambiario y de derivados. Las proyecciones macroeconómicas realizadas en noviembre indican que la tendencia podría sostenerse en 2023, aunque con registros más moderados.
Variables como el crecimiento del PIB, inflación, tasa de interés, tipo de cambio, precio de commodities, balanza de pagos, entre otras deberán ser seguidas de cerca a la hora de pensar en una política de gestión del riesgo cambiario.