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Buscar cobertura ante el riesgo cambiario es una decisión sensata y muy recomendable, dada la persistente alta volatilidad. La primera duda que surge es: ¿llevo la diferencia de tipo de cambio a cero, o protejo el margen, presupuesto o flujo futuro? Además hay que considerar que por defecto, un derivado contratado pasa a contabilizarse por negociación. Esto implica que todas las variaciones que tenga se reflejarán en resultados, pudiendo incrementar el grado de exposición en el balance. De este modo, la “solución” podría agravar el problema. Pero existe una alternativa para evitar esto último y además terminar con la dicotomía planteada inicialmente: el Hedge Accounting.
Objetivos del Hedge Accounting
El principal objetivo de la contabilidad de cobertura es el de alinear la contabilidad con los intereses económicos y financieros de una empresa a la hora de tomar decisiones de cobertura. En el caso del FX las empresas hoy pueden tomar coberturas de partidas que aun no existen en el balance, pero sin afectar la diferencia de cambio. Incluso permite que la compensación final con el derivado se lleve a la misma cuenta del objeto cubierto.
Los problemas de gestionar el riesgo FX sin contabilidad de cobertura
Supongamos que un viñedo con el CLP como moneda funcional cierra un contrato de venta a China por 12 meses, en cada uno de los cuales recibirá USD 1 millón, facturando al momento del envío y cobrando 30 días después. El Gerente General le pide al Gerente de Finanzas que realice una cobertura completa de esta venta para cubrir todos estos flujos futuros a un tipo de cambio que estima conveniente.
Al inicio del proceso, al facturar sólo la primera caja, en el activo figurará únicamente USD 1 millón. Si el objetivo hubiera sido el de llevar la diferencia de tipo de cambio a cero, el Gerente de Finanzas podría haber tomado un pasivo por otro millón de dólares para que el balance quedara calzado y de este modo las variaciones del tipo de cambio no afectaran el resultado. Sin embargo, el pedido del Gerente General fue el de cubrir el margen de las ventas esperadas de los próximos 12 meses. Entonces una opción podría ser tomar USD 1 millón en derivados para cada uno de los cierres, pero entonces estos USD 12 millones irían a parar al pasivo.
De este modo, intentando cumplir con la recomendable sugerencia de cubrir a la empresa frente a variaciones de tipo de cambio (dado un compromiso firme que tenia a futuro), en verdad se estaría provocando que el balance incremente su exposición al tipo de cambio, al pasar de un activo por un USD 1 millón a un pasivo por USD 12 millones. Además generaría una dicotomía entre alinear los intereses contables con los económicos y financieros de la empresa. La pregunta es: ¿Cómo hacer para no imprimirle volatilidad al balance pero a su vez proteger flujos futuros y potencialmente el margen al tipo de cambio hoy día?
Los beneficios de gestionar el riesgo FX con contabilidad de cobertura
Con Hedge Accounting es posible gestionar el riesgo cambiario tomando derivados por USD 12 millones y que el mark to market de los mismos pase transitoriamente a una cuenta de patrimonio (ORI), sin afectar el estado de resultado operacional y no operacional. De esta manera el viñedo evitaría que ante grandes alzas del tipo de cambio, se le genere un resultado no operacional muy perjudicial, mientras no contara con los flujos futuros de las ventas.
La segunda gran diferencia entre ambos tipos de contabilidad reside en que en la de negociación, ese resultado, cuando uno termina de compensar el derivado, lo lleva a la diferencia de tipo de cambio. Es decir que si baja el tipo de cambio por ingreso futuro, se recibirá menos moneda local, aunque se compensaría con el derivado, por lo que quedaría calzado. No obstante, se registraría una caída del ingreso por venta, es decir del resultado operacional, y una subida de la diferencia de cambio, es decir, del no operacional.
En cambio, el Hedge Accounting permite que el resultado del instrumento de cobertura lo lleve a la misma cuenta que afectó el objeto de cobertura, que en el ejemplo del viñedo es el ingreso por venta, y ya no el resultado no operacional. De este modo, este tipo de contabilidad no solo alinea objetivo contable con el económico, sino que también aporta mucho orden al balance.