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Tener alineados al directorio y al CFO y dejarlo plasmado en una política debidamente documentada y aprobada es clave para gestionar el riesgo cambiario. Ahora bien, ¿cuál sería el factor de decisión en un directorio para avanzar en la elaboración de dicha política?
En este aspecto, la gran pregunta es cuánto riesgo se quiere y se debe tomar según la naturaleza del negocio, cuánto puede traspasarse a precio, cuál es el margen. Por definición, a más grande el margen, más riesgo se puede tomar. A más chico, menos riesgo.
Esto tiene mucho que ver con el perfil de riesgo del accionista, es una conjunción de los dos aspectos, y debe ser bien cuantificable. Los riesgos valen en el mercado según la volatilidad, lo cual puede ser muy dinámico. Ahí es donde se ve todo con más claridad: a la hora de evaluar cuánto es el riesgo que una empresa tiene.
Lo que se recomienda antes de hacer derivados es traspasar el riesgo al cliente o al proveedor, algo que no siempre se puede, pero se aconseja intentarlo.