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Contar con una política de gestión de riesgo cambiario deja a las compañías preparadas para controlar los posibles efectos adversos que le pueden producir la volatilidad de las monedas, y de esa manera evita generar efectos no deseados en sus resultados. Para controlar los potenciales efectos no deseados, las empresas deben desarrollar y documentar una política que defina los objetivos y las estrategias adecuadas para gestionar las exposiciones de moneda extranjera.
En el conversatorio se abordaron las 10 variables claves que debe contener una Política.