Cobertura Cambiaria: ¿Omisión o decisión?

Autor: NetGO Financial Risk Management
Fecha: Noviembre 2022

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El 2022 será recordado como el año en el que muchos CFOs se graduaron de expertos. Tuvieron que enfrentarse con una trilogía que hacía muchos años en Chile no veíamos: volatilidad cambiaria, aumento de la inflación y de tasas de interés. Como siempre pasa en estos contextos, se terminó restringiendo el acceso al crédito.

Hasta octubre 2019, la volatilidad cambiaria era tema, pero no “te botaba del caballo”. La inflación estaba controlada, las tasas de interés se ubicaban en torno a cero, y el acceso al crédito era abundante. Por lo tanto, casi todo estaba estable; pero, a partir de este año se acabó el famoso “ceteris paribus” en la vida de un CFO. Y posiblemente en 2023 deberá seguir lidiando con la volatilidad.

Pese a esta nueva realidad, todavía veo que hay muchas compañías que no definen cómo abordar este problema.

¿Por qué están entrampadas? A mi juicio, esto ocurre porque se están haciendo las preguntas incorrectas.

– ¿Cómo ves el dólar para el año 2023?

– ¿Fijo la Sofr o sigo en tasa variable?

– ¿Me financio nominal o en UF?

Esas preguntas son muy válidas, importantes e interesantes, pero se realizan en la mesa de dinero de un banco, o en un comité de activos y pasivos. No son las preguntas que se hacen las empresas de sectores no financieros.

Si las usamos para definir la estrategia de cobertura en una compañía, el primer impasse se va a producir en el directorio. Van a existir tantas visiones sobre esas variables como integrantes en el directorio haya. Por lo que no se va a producir consenso y los ejecutivos van a quedar sin definiciones sobre cómo gestionar dichos riesgos.

Por eso creo que se trata de preguntas equivocadas. El dólar, la inflación y las tasas están en los máximos de una década, por lo cual muchos piensan que no es el momento para debutar, ya que existe temor a equivocarse.

¿Cuáles son las preguntas adecuadas?

La definición de una estrategia de cobertura es una mezcla entre arte y ciencia, por lo que no es igual para todas las empresas.

Por otra parte, hay que tener en consideración que una estrategia de cobertura lo que busca es transferir a otros los riesgos que la empresa no puede o no quiere tomar. Por lo tanto, debe ser evaluada en función del cumplimiento del objetivo buscado, no de si le “apunta” a las estimaciones del dólar en una determinada fecha.

Pienso que a través de las siguientes preguntas las empresas pueden acercarse a la definición de una estrategia de cobertura:

– ¿Cuál es monto expuesto de la empresa a las distintas monedas?

– ¿Cuál es la volatilidad de las monedas a las cuales estamos expuestos?

– ¿Qué monto tenemos expuestos en tasa variable?

– ¿Cuál es el valor en riesgo? (Value at Risk)

– El margen, ¿soporta un valor en riesgo como el que tenemos?

– ¿Qué capacidad tenemos de traspasar a precios las alzas del dólar? (passtrought)

– ¿Cómo estarán gestionando estos riesgos mis competidores?

Soy de la opinión que, haciendo el ejercicio de contestar estas preguntas, las empresas lograrán definir un marco de acción para gestionar los riesgos financieros.

Luego de hacer este ejercicio, tal vez muchos decidirán “no hacer nada”, lo cual también es válido. Lo importante es que la gestión de los riesgos financieros sea una definición y no una omisión.

* El artículo fue publicado en el diario El Mercurio Inversiones (https://bit.ly/49SYbgD)